En una charla de Licenciados en Administración, debatíamos sobre el Control interno, inclinándose la conversación netamente sobre Auditoría, con predominancia en la Financiera, en un momento uno de los presentes manifestó en voz alta "la Auditoría Administrativa con la Auditoría Financiera pueden fusionarse en uno solo", que habrán sentido Taylor y Fayol, de seguro nos excomulgaban como administradores al violar sus principios, ¿dónde quedaría la especialización del trabajo? ¿Dónde quedarían los procesos administrativos de Planeación, organización, dirección y control?.
Debemos tener claro que la Auditoría Financiera se basa en el análisis de las partidas que componen los Estados Financieros para verificar su confiabilidad y objetividad, y estos son llevados a cabo por un Contador Público Colegiado (CPC) inscrito en el registro de Auditores Independientes.
La Auditoría Administrativa es más completa, con un mayor alcance y profundidad, con visión de futuro para una gestiòn de calidad mediante una agilización en la toma de decisiones y en primera instancia debe ser efectuado por un profesional en labores de Administración y/o de Gestión.
Un requisito indispensable para ser auditor es contar con la Colegiatura vigente en su especialidad, y capacitación en normativa y lineamientos de Auditoría.
Un Administrador o Contador que realice una auditoría que no es su campo, desvirtúa la auditoría en sí, porque que su informe carecerá de objetividad.